Flaco
Ya ascendiste a la nave del errante,
con Fermín, con Artaud, con los dementes
que beben soledades y amarguras.
Ya circundan Haedo, y las terrazas
se pueblan de malvones y duraznos
sangrando melodías que son lágrimas.
Ya el mudo te hizo un sitio en el comando,
y el santo te sonríe con ternura.
Ese es tu cielo. Tu mundo de corcheas
y metáforas, lejanas muchas veces,
abrieron una grieta en los cerebros.
Tachonan nuestro cielo, ahora eclipsado,
tu diamante dulzura, tu muchacha
de ojos de papiro, tus plegarias.
Velazquez (Argentina, Buenos Aires)
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