Otra vez es de noche
Como una gran langosta
compuesta de millones de insectos,
baja la noche alquitranando casas,
vehículos, enturbiando
los ojos más chispeantes, que ahora
marcan la hora carroñera.
¿Esperabas
vivir siempre en el reino del color?,
cuestionan bocas de sonrisa punzante;
es el momento bajo del ciclo
en que el mundo se repliega y rearma.
Ni siquiera se divisan estrellas,
se escuchan siseos en todos los rincones,
objetos se arrastran y desaparecen.
A veces algo estalla,
no son truenos,
parecen acercarse.
Enciendo como puedo mis lámparas,
sostengo como puedo pensamientos
cada vez más endebles.
No todos los amigos contestan,
debe ser ya muy tarde, aunque el reloj
avanza y debería adivinarse el sol
tras la ventana.
¿Será una fantasía la luz,
un recuerdo enquistado de una vida anterior
ya apenas comprensible,
vieja esposa tornada en estatua de sal
y disuelta en el llover del sueño?
¿Queda alguien en pie?
¿Qué ha sido de todos ustedes?
No hablo para que me escuchen,
¡pregunto para que contesten!
González Hesaynes (Argentina, Provincia de Buenos Aires, Azul,1984)
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