ÁNGEL FARETTA
- BRUNCH
- 3 mar
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Epifanía doméstica
Tener indiferencia por los objetos
que se quiebran en la vida cotidiana
puede ser el comienzo
de una madura sabiduría.
Dejarlos ir como pasado.
Y si alguna huella en ellos
hemos impreso
será memoria
o apunte mental.
No importa -me digo-
si se pierden las cosas.
Se van, se rompen,
se anulan, se borran…
Estarán en algún lado
y de allí las traeremos.
Se rompe algo
para recomponerse en otra
forma. El símbolo tiene
por base
esa cruel o necesaria
economía.
Faretta (Argentina, Buenos Aires, 1953)

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