Joyas en la basura
1
Una excusa digital en el interrogatorio.
-Anoche.
-¿Anoche qué?
-Te vio todo el mundo.
-¿Y qué?
Los aportes y contribuciones
están atrasados.
Los intereses son el ego.
Un fantasma.
El capital son los huesos
de una cara vacía.
Llena de contenido y de manías, de
idiosincrasia
(según quién esté enfrente).
¿Un espejo?
No.
¿Un espejo?
Sí, pero con las correspondientes precauciones.
Caravanas agolpándose
en el horizonte de las dudas.
Y las dudas, se sabe,
son ofertas
del destino.
Y eso, el destino, es cosa mía.
O nuestra. Nunca hubo ni habrá figuras
geométricas en la sangre
habrá habrá habrá. Eso es así: un rombo
o un sapo de polyester.
Como toda la información
que está circulando. Por las venas
de la noche.
Nos olvidamos en el agua. Del agua.
Y de lo más importante: no es necesario entender.
O mejor: no hay que entender para entender.
Una puerta cerrada
es
una invitación.
-¿A qué?
-No voy a ser tan imbécil de contestarte.
Herrera (Argentina, Buenos Aires, 1966)
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