HÉCTOR PEDRO BLOMBERG
- BRUNCH
- 6 feb
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El cazador de orquídeas
¿No ven que está viva? La traje de lejos...
Esta mano sola me dejó un caimán,
La arranqué con ella de entre los reflejos
Del pantano donde las serpientes van.
La busqué en las selvas, entre las legiones
De diablos, sintiendo la muerte sutil.
De noche, el misterio, la luna y los leones...
¡Ah, cómo quemaba el sol del Brasil!
Los verdes infiernos del trópico ardían,
Los ríos cantaban su mortal canción,
La flor me llamaba... Sus voces venían
A encender la fiebre de mi corazón.
En la verde entraña de la selva estaba,
La arranqué con mano sangrienta y febril,
Maté la serpiente que a ella se enroscaba.
¡Ah, cómo quemaba el sol del Brasil!
La traje conmigo, solo y moribundo...
¡Oh flor de las selvas malditas del Sud!
Me muero y la dejo aún viva en el mundo:
Quiero que la pongan sobre mi ataúd.
Blomberg ( Argentina, Buenos Aires, 1889 -1955)

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