Estabas para mí?
No te veía,
no escuchaba tu paso.
Ahora sí, en la piedra,
como un tornasol;
en los ruidos de la noche. Venís
de la oscuridad del durmiente,
presencia que hace temblar.
Qué hay tan lejos,
tan anterior olvidado?
Quisiera que fueras
en tu oficio feliz .
Y que en llegando,
como una madre
estiraras la mano
invitando al paseo.
Daian (Argentina, Buenos Aires)
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