La metáfora modifica los cuerpos
de las aves
convertidas en nidos,
ramas
frágiles a la respiración densa de los días.
Custodios
ante el mal
con sus huesos
y de tierna carne
late
la horma de un corazón
arrullador
avisando el frío para que te espantes,
sabe de la calma sobreviniente
a las tormentas de algunas vidas,
los mensajes,
ellas nos eligen porque somos su alimento
de palabras.
Boccardo (Argentina, Buenos Aires, 1961)
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