La espera
Quedó ahí:
en las subterráneas calles centrífugas,
en las subalternas voces cuadrículas,
en el aletear de las aves nocturnas.
Parado en la esquina
mira
a lo porvenir,
a lo sin sueño,
a lo terrenal desaparecer
en el abismo del fin de la calle.
Lo dulce le quemaba las alas,
la dolor lo suspendía en la nada,
corriendo a la vida.
Se perdía así,
dejándose caer en el placer
del irse de espaldas.
La esquina lo atraviesa
y queda
detenido.
En otro rincón de la ciudad,
una silla
inaugura la espera.
Kibudi (Argentina, Buenos Aires, 1982)
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