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nos rodea la noche y el rumor de los autos
en la avenida. nos rodea la noche y el rumor
de la brisa en los árboles. no nos tiembla la pera.
no nos tatuamos calaveras cruzadas por dos tibias.
no nos indisponemos a último momento. se puede
ser medroso sin practicar la huida o la atención pueril
y narcisista. con la misma facilidad con que limpiamos
aquestas narices escribimos poemas cuando no
podemos escribir otra cosa. tengan paciencia,
proponemos una alegoría, una llamada a los piquetes.
se van a acordar de lo que destruimos más
que de nuestros gestos benignos. tengan a bien quemar
el folio luego de su lectura. sólo emitirá un destello
sin propósito. sólo emitirá un lejano
estridular de grillos.
Cisnero (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, La Matanza, 1975)