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WÁSHINGTON CUCURTO

  • Foto del escritor: BRUNCH
    BRUNCH
  • 29 oct 2019
  • 1 Min. de lectura

Hombre de Cristina


Me he reducido a ser un hombre de Cristina

En esta época, en estos días, en estos quilombos matutinos

me dejo llevar por la fantasía

que sale de la boca de una mujer.No participo, estoy viejo,

mis hijos me dejaron mis nietos

para que los cuide.No participo: cuido críos.

Y la miro, la escucho a ella

por cadena nacional, en bicicleta.Mi Amada Cristina, morocha seductora-me atrevo a imaginarle gordas caderas.

Mi Caderona Nacional.La escucho, la veo

hablar por ejemplo de cooperativismo,de mujeres embarazadas que tendrán,a falta de un marido, su ayuda social.

La Morocha Nacional no puede hacer que nos enamoremos de otra.Veo su cara, su cuerpo, sus palabras

su demoledora tristeza, la tristeza evidente de su alma.Su Infinita Tristeza en afiches y letreros

por dondequiera que viajo en la gran ciudad.Se me pianta una lágrima, no voy a negarlo.

No participo, estoy viejo

para cualquier militancia

que no sea leer a Pepe Cuevas, a Lihn o a Teillier

Su foto en las calles

tomada de la mano

de unos niños rumbo al colegio.Ah...

Estoy viejo para el kirchnerismo,esa es la palabra exacta.Pero no estoy viejo para Cristina,se me pianta una lágrima.La veo, la escucho, me reduzco

a ser un hombre de Cristina. Mis hijos se separaron,se emborracharon

y me dejaron sus hijos.

Hijos de hijos

Estoy viejo para la militancia

para el reduccionismo del kirchnerismo.

La veo, la escucho esa tristeza evidente, infinita

de sus ojos es la misma de mis ojos

Oh Morocha Nacional

tomame de la mano

como un escolar pobre

y enseñame la Casa Rosada.


Cucurto (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, Quilmes, 1971)


 
 
 

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