Mientras la ciudad me escribe, sé que no me escribe.
Como si por darle nombre a las cosas que aquí veo,
ya no fueran las cosas.
Ni la mora, ni el puente o la autovía.
Ni la gente.
Territorio y su cielo volado aquí sobre las calles.
Mientras más deseo ver, veo apenas la sombra.
Atrás quedan deseos, como antiguas puertas.
Mientras miro la hermosura
que la palabra nombra en estas tierras,
no alcanzo su belleza.
Mientras quiero la clemencia del paisaje,
de la ciudad el néctar, sólo alumbro en lo oscuro.
Y es sin desear que sea, que por instante: existe.
Slednew (ARgentina, Pcia. de Buenos Aires, Coronel Suárez, 1958)
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