Urubú
El ave despliega su sensualidad en el aire. Se deja mirar. Su pico toca la arena y luego suave la copa del pino. Va de abajo hacia arriba sin forzar el vuelo. Toda mansedumbre amedrenta, sin embargo. A la hora del crepúsculo estábamos vaciados abiertos de par en par por el urubú que volaba tibio desde temprano sobre un médano feliz.
Montenegro (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, La Plata, 1961)
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