Un abedul cuando llueve, una arboleda que aclara al arañar la pista y desciende el avión en un aeropuerto donde las mujeres beben vodka a las seis de la mañana hora local Era acogedor el frío aunque temible Cantabas en mi idioma pero con otro acento Afuera la hilera de abedules los aviones solos sobre el cemento mojado Detrás de las cabinas los soldados te miraban cantar Algunas veces, por un instante la historia debería sentir compasión y alertarnos
Cornejo (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, La Plata, 1962)
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