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Foto del escritorBRUNCH

RITA GONZÁLEZ HESAYNES

Te sumás a la ronda


Oíd mortales el sonido contante

del dólar que asciende hacia el cielo

Treinta treinta y cinco cuarenta

Otra vez sos esa que venía del barro

y ahora se sumerge de nuevo

La siguiente La próxima

¿No era esta la ley de los mortales?

Que nos trague la madre lujuriosa y letal

volver a la colmena cromosómica

des-existir

y dejar de contar cuarenta cuarenta y dos

cincuenta de los nuestros

por cada uno del tropel de dólares lujuriosos letales

que nos prometen siempre

dólares y yuans y sus primos

prestigio

poder

tiempo libre

tiempo realmente libre

autos de colección cuatrocientos pares de zapatos

sobre el reloj diamantes

la persona misteriosa y deseable que todo el mundo quiere

¿Tan fácil nos atrapan?

¿Es que hay que sospechar de nuestro propio instinto

que sin cesar desea?

¿No concebir más teatro de acción que el dólar

el peso

que ellos y nosotros y nuestros valores de mercado que suben

o se hunden en un tubo de ensayo de la muerte?

Sesenta cien doscientos

Qué graciosas estas criaturitas

fichas especímenes

pobres o migrantes o chetos

bang bang bang golpes gripes desnutrición

tráfico de almas Bang bang Ese es el sonido

del orgasmo del dólar

mientras suave la pana del asiento del jet

se desliza por la pierna desnuda de la ley

y hacen fuego bang bang y se sientan en seiscientos sillones

de la Cámaras Altas y Bajas los Honorables Legistas de la Patria

mientras afuera aúllan gentes que se mezclan

en olla peligrosa que hierve oscura y lenta

Vieja madre tierra

Sexy madre tierra

La voluntad del monstruo mitológico

que algunos demagogos

denominan nación

Bang bang Vamos distinguiendo el acento

de quien habla disparando centavos

y nos ciñe con extrañas divisas al mundo

Vos no querías más que una casa en el bosque

vos no querías más que el favor de los extraños

vos no querías más que esa luna que te brilló tan dulce

que hasta le sonreíste en la más animal de tus miserias

Vos no querías más que tu deseo

y de repente mil siete mil doce mil pesos

millones de deseos

y cada vez el dólar aumenta su valor

quebrando nuevos récords de progreso ejemplar

para la Civilización

Su hermosura se vuelve insoportable

diáfana armoniosa Bang bang Te escuchás estallar

de tanto estímulo Bang bang

Caés

pausadamente

narrada por las voces

del dólar

de las Cámaras

de las mentes que sacuden sus brazos y su rabia

afuera del Congreso o cerca de la quinta del caudillo

Cada movimiento

es un soplo en el sueño de los reyes del mundo

¡No son titiriteros sino precisos cómputos

los que nos mantienen maniatados!

Lo que importa son millones

mil quinientos millones

todo aquello que se multiplique

reditúe

redunde

una ganadería salvaje de recursos

personas minerales

cifras acciones dólares de hoy

dólares de mañana

Tu deseo era una criptomoneda del montón

un sofisticado chiste que te hicieron

sin que puedas reírte

¿Cómo puede terminar esto sino en la extinción?

¿Cómo puede terminar algo

sino en el más aterrador de los susurros?


González Hesaynes (Argentina, Provincia de Buenos Aires, Azul,1984)




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