Devas
Una monja budista enseña hoy
a ponerse de pie sobre el tatami
sin apoyar las manos.
Siendo una con su respiración,
enfrenta las dos palmas igual que si rezara
y eleva así su espíritu
para que pueda ser seguido por su cuerpo.
De este lado de la notebook veo
a Victoria doblando sus rodillas hacia atrás
y maniobrando las piernas y los pies
sin pedirle aprobación ninguna
al resto de los huesos.
Sé que a la larga perderá este don,
esta fluidez con que cada falange le permite
caerse del sillón sin lastimarse.
Tampoco su cabeza, estoy segura,
se ha llenado de dolorosos pensamientos.
Por sus fosas nasales pasa oxígeno
con naturalidad, igual al aire
que baila entre el ciprés y el tilo
y después cruza
ventana adentro nuestra casa.
Para esta clase dirigida a los suscriptos
del canal de Youtube, podría mi hija
servir de ejemplo idóneo sobre el arte
de erguirse sin ayuda.
Como la monja,
tampoco tiene pelos en el cráneo, apenas
una sombra castaña que planea
sobre su coronilla como un pájaro.
No es por presumir, pero a veces a mí
me hace parecer que recibiera
desde la inmensa esfera Kamadhatu
señales de pureza del cielo de Tushita.
Jímenez España (Argentina, Buenos Aires, 1969)
Comments