en las paredes del pago fácil
masacradas por los zapatos cansados del pueblo mientras los dueños desayunan
caviar amargo y una mujer adolescente vivencia la sequedad de un potus olvidado
entre sus manos
amarillas
de tocar expresivos billetes mugrientos de mil pesos
detrás de la pesada puerta que solo la patrulla financiera
abre
hay cadáveres
Verón (Pcia. de Buenos Aires, San Justo, 1965)
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