Animus
Si hubiese nacido entre colinas
la mañana me habría saludado
acariciando brotes de gramilla
con mis perros -todos los que tuve
desde los ocho años con el primero
"Grillo"
que mantenía su vigilia
en madrugadas frías
ladrándole a mi asma;
tirada
con los brazos cruzados
detrás de la cabeza
seguiría el contorno de las nubes
solo la colina
mis perros
y el animus
huidizo
de una chica que no quiere
cumplir su destino de mujer
ovillar lana poniendo los brazos enfrentados tardes enteras
(perdón, nunca tejí después ningún pullover
evitar lo que no se dice
(perdón, nunca pude aplicarlo
entrar en las conversaciones
como un pájaro inquieto
que no posa los pies en el pensar
sino en la emoción
(perdón, siempre me confundió el procedimiento;
Hubiese necesitado, sí
nacer entre colinas
escapar entonces hubiera sido
una exigencia del paisaje
allí no habría sido necesario
responder a la pregunta
sobre mi seriedad
sobre mi dificultad para embellecer
los espacios femeninos
como dios manda…
Verón (Pcia. de Buenos Aires, San Justo, 1965)
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