Fuerzas inaparentes
Las hojas del frutal
se agitan con dulzura
porque una brisa mansa
se llegó hasta tu patio.
Las ves desde la mesa
de tu sala a través
de una ventana cuyos
vidrios no están muy limpios.
Eso solo te dice
algo del mundo. Pueden
seguir los bombardeos.
Sigue tu corazón.
Seguí ( Argentina, Pcia. de Córdoba, 1973)
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