Me levanto en una casa adormecida y los colores son suaves
en las ondulaciones leves del sol invadiendo la habitación son un momento todavía.
El domingo es mi ventana favorita soy una casa un sueño un libro
veo el tiempo en que me detengo cuando nadie puede encontrarme
y ellos menos. Yo te dije lo que no me animaba, estuve casado,
ella se suicidó y a veces la extraño mucho, vos me dijiste que robabas helados
y a veces ni los comías solo era por el reto de robarlos y que a veces se los dabas
a los indigentes o simplemente los devolvías, y que te podía contar cualquier cosa,
me levanté de la silla y te dí un fuerte beso en la boca, para mí eso es amor.
Vine a sentarme aquí a tu lado avanzando entre las sombras
cuántas veces habrá bañado de luz el sol todos esos días que sobreviven unos sobre otros acá y que son algo vago como un recuerdo al que no se le da importancia
como lo que queda al costado del camino cuando vas con el auto por la ruta
y solo ves el cielo y la tierra delante de vos.
Queralt (Argentina, Buenos Aires, 1955)
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