A la manera de Ursula K Le Guin
Con la oreja este escucho teros
con la derecha a la montaña
abrirle la boca al cielo
una, dos, tres luces brillan.
¡Luminicencias! gritan bravucones
los teros
Somnolencia nocturna
vigilia larga
por fin entro
escribo, lavo y plancho
afuera con su juego sideral
los teros, las luces y el cielo.
Detenerse también es vivir.
Espero.
Araujo (Argentina, Pcia. de Mendoza, 1972)
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