Amén
Que la vida me encuentre cubierta de harapos, con los ojos cóncavos. Que me sueñe menguante, sin la ayuda de gente —vertical— o dichosa.
Que no creer nada sea mi fe, mi éxtasis más hondo extinguirme.
Que arneses me arrastren hacia el gran trabajo.
Que unos cuantos niños de oraciones blancas.
Que los más de los días.
Que el barullo
y la gracia.
Negroni (Argentina, Pcia. de santa Fe, Rosario, 1951)
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