L-Gante.
Cuentenlá como quieran
pero yo ayudé a L-Gante
a salir de la cárcel.
La dicha se expande
allende el horizonte
y un hálito sutil
atraviesa
todos los rincones de la sala.
En las buenas, todos aplauden.
En las otras, sólo te bancan los leales.
La luna genera las mareas terrestres.
Todo está en movimiento
constante:
los electrones de cada átomo,
la sangre bulle, efervesce
y el aire penetra
muy profundo en mis pulmones.
Soy libre en un mundo hostil.
Cierro los ojos,
expiro lentamente.
Conecto conmigo mismo y con todo el universo.
Bauzá (Argentina, Pcia. de Tucumán, 1980)
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