Tan prodigiosa es a ciertas
horas la memoria que puede
incluso recordar aquello que
jamás sucedió; poner además
bajo sospecha que se lleve en
secreto inscrito un alfabeto
en la zona más veraz. Echado
hoy al sol sobre la hierba, piensa
que algo inanimado buena parte
del universo gobierna, que toda
sonoridad que se desliza por
sobre aguas salobres de la siesta
es siempre una promesa de futuro,
una piedra que ni flota ni se hunde,
una voz ceremonial.
Rizzi ( Argentina, Santa Fe, Rosario, 1961)
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