El que calla ya no otorga, como antes se creía. Ahora, ante la sorpresa del esmalte, corrobora: de lo indefinido extraer la partícula más elemental, del libro perdido los saberes esenciales, de la gravedad propia del membrillo su vanidad incolora, su tiempo abolido, su hora irreal.
Rizzi (Argentina, Pcia. de Santa Fe, Rosario,1961)
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