(a mi viejo)
Cuando era chico, la infancia sólo existía para las madres,
las tías, las nonas, las mujeres en general,
las milanesas, las tortas y los pastelitos.
Mi papá era mecánico, estuvo en el parto
de mi hermano y luego en el mío.
De grande entendí que fue un pionero,
solitario en su ternura masculina.
Debía ser rarísimo inventar eso,
no tener modelo,
ni con quién conversar anécdotas.
Cultivaba una emoción apenas descubierta por entonces,
sin nombre ni aceptación,
y menos, reconocimiento social.
La ternura masculina estaba inventada,
pero no se distribuía comercialmente,
era así, casera.
Pescetti (Argentina, Pcia. de Santa Fe, San Jorge, 1958)
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