Farolito japonés
1.
El farolito japonés no para de crecer.
Me pedís que lo mire todo el tiempo
cuando paso cerca suyo.
Te alegra que exista.
Hay cuerpos recíprocos
más allá de la materia,
cuerpos que se atraen,
se comprenden,
conversan.
Adentro de cada flor crece
un secreto diminuto
que vos proteges
y te protege.
También me escondo
en lo pequeño.
Aprendí a bajar la guardia,
a no bajar la guardia,
a pendular.
Y creí que debía enderezarme,
corregir lo torcido de mí.
Lo creí una vez y otra vez
y otra vez más.
Me desperté del espejismo
con insomnio
y un leve dolor de espalda
que a veces vuelve.
La soledad de las flores
está completa.
No busca compañía
pero siempre la encuentra.
Mellado (Argentina, Buenos Aires, 1975)
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