(documental del paisaje que traga)
el bosque lleva a su boca mí cuerpo
antes mí aura valiente
la copa de los árboles
ya lo anticipaban
pero lejos de advertirme
me sedujo en un riesgo paulatino,
como un pequeño terror
que devenido a miedo
y criado por los corajes
ya es familia
el mar invita al bosque de postre,
todas mis palabras, las que aún vibran
y no dejan dormir
a nadie
si hubiera otra respiración
alguna vigilia, alguna madre
el horizonte, en su sobremesa,
padre del mar y del bosque,
confía desde su ángulo,
mi destino de intemperie,
la voluntad de mí corazón late,
incomoda al cielo
ese paisaje no es mio
soy entera yo, de su afán
de su sabor
de su apetito
solo paseaba un rato
y mire usted
Sofiro (Argentina, Buenos Aires)
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