Pido
Si pudieras disculpar las pequeñas Miserias de un alma que no se entiende Con las cosas del mundo aunque persiste Absurdamente en explicarlas. No hay Verdad en mi razón ni razón que Valga un segundo de tu calma, amor, Ni una gota del perfume diluido Por irrisorias miserias. Perdón.
Longhi (Argentina, Buenos Aires, 1968)
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