Habrá final tranquilo
La viga
tiene números escritos con un pedazo de ladrillo:
o un dos o un tres, su pata se estira
e irisa hacia el borde
duplicada, veleta, mano, dios
Cormorán saliendo
de escombros para ir tirando de ella que no quería
ir a ninguna parte,
al día de la luz con testigos
Villa (Argentina, Martín Coronado, Pcia. de Buenos Aires, 1966)
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