Papeles
La pila de papeles
arde en mí, para subir
hecha ceniza. No tiene caso
darle un color que
tal vez no merezca.
A esta altura son briznas
de memoria, nombres
a cuya sombra nada canta
ni se anuda.
En lo dulce del fuego
se deshacen.
En lo callado y tierno
se despiden.
Fiebelkorn (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, La Plata, 1958)
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