(Escrito con IA)
La noche envuelve todo con su manto oscuro y misterioso, y en la distancia se oyen los motores de los autos que surcan las calles y avenidas de la ciudad.
La luz de los faros ilumina el camino mientras los vehículos se deslizan con suavidad, dejando un rastro de sonidos y luces a su paso. Los frenos chirrían al detenerse en los semáforos, y el rugido de los motores se hace más intenso al acelerar para tomar las curvas.
Las calles se vuelven un laberinto de luces y sombras, y el sonido de los autos se mezcla con el silencio de la noche. Los faros iluminan las aceras y las fachadas de los edificios, mientras la oscuridad se cierne en los callejones más estrechos.
En la noche, los autos se convierten en una danza de metal y luces, una sinfonía de motores y bocinas que rompe el silencio y llena el aire con su energía. Y mientras las estrellas brillan en el cielo, los autos siguen avanzando, dejando un rastro de luz en la oscuridad de la noche.
Gottfried (Argentina, Buenos Aires, 1969)
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