El tiempo deshojándose en una hora
In memoriam C.E. Feiling
Se va la tarde, alta y silenciosa,
con su emporio de luz y su despensa
de nubes incendiadas: una inmensa
mudez se hace del aire y lo reposa.
Es ese instante ancho, la verbena
del tiempo deshojándose en la hora,
que amasa cada cosa y la demora
en una eternidad breve y sin pena.
Quién pudiera ser gajo de esta gloria
del cielo desovando su inminencia
de noche, de final. Ser la inconciencia
del mundo, sin palabra y sin historia.
Ser hilo del momento, desprendido
del yo circunstancial y sus gemidos.
Saavedra (Argentina, Buenos Aires, 1960)
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