Cuando amaso me siento diferente. Olvidada de rencores.
Hago una rueda con la harina y, en el centro, pongo agua y sal.
Hundo las manos en la masa pegajosa, la estiro con el palo blanco,
le doy forma,
y me creo Dios.
El olor a pan sale del horno,
inunda el campo, la casa, el ropero, mi corpiño.
Todo es pan ese día.
Y cuando saco agua del pozo,
un rostro joven me sonríe desde el fondo.
Baldovin (Argentina, Pcia. de Córdoba, Río Cuarto 1929-Córdoba 1995)
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