Tres años después
Cerrarse a todo
cerrarse tanto que cueste ver
a quien insiste
para quedarse.
Hay que despedazarse para darse cuenta.
Y aunque me pongas frases en el cuerpo
como decís,
el corazón no me delata
es el lenguaje
donde aparecen nuestras cartas sin libro
todo lo que escribimos
y mostramos sin pudor
es el lenguaje el lugar
donde apagamos la luz
y fuimos los autores
de la nueva literatura latinoamericana
que se acostaron en la precariedad de unos tres almohadones.
Alardeamos una ficción tan noble
donde caben viajes a la Antártida
y los nombres de los hijos que no puedo prometerte.
Porque nos estamos muriendo todo el tiempo
y saber eso es lo único que nos acompaña.
En la última vez que nos vimos
en la plaza San Martín
ahí, en la muerte, el lenguaje se rebela
y nos libera, como San Martín antes de ser tu plaza
y las capitales se funden y se hacen una
porque la palabra es nuestra Patria Grande.
Estamos tan lejos de Lima y de Buenos Aires como de la Antártida
y tres años después, ya no hay aeropuertos
ni cuerpos sanos.
Las cosas cambiaron.
Nosotros también.
Pero si te digo que ahora vivo en el campo o en las estrellas
me creés
y si me decís que venís
yo te espero.
Esta lengua es tu casa.
Piedrabuena (Argentina, Pcia. de Bueno Aires, Pacheco, 1989)
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