Una mujer como yo, por ejemplo
Una mujer
no merece
su tiempo
para dedicarse
a las cosas que le interesan.
Porque…
¿Es que las cosas que le interesan a una mujer
no son interesantes?
O que…
¿Una mujer no demuestra el suficiente interés
en lo que le interesa como para que a los demás
le resulte interesante y le den su tiempo?
O es que…
¿Lo interesante que ella haga es lo que al otro no le resulta interesante hacer?
Todas estas preguntas
se las hace una mujer…
Una mujer como yo, por ejemplo
cuando tiene un tiempo breve
para hacer algo que le interesa.
Y mientras transcurre su tiempo
se pregunta
¿Era esto lo que quería hacer?
¿Preguntarme acerca de estos temas?
¿Desperdiciar esta hora que me han permitido tener
en pensar en esto que ni siquiera sé si es en lo que quiero pensar?
¿En realidad merece una mujer
ese tiempo para hacer lo que ella quiere hacer
si en realidad ella no sabe lo que quiere hacer?
¿Ella merece tiempo para creer
que quiere hacer algo?
¿Tiene sentido seguir pensando en esto?
No importa,
ese tiempo perdido es ser una mujer.
Una mujer como yo,
por ejemplo.
Así es y así debe y no debe ser.
Cuando una ser humano mujer se piensa
piensa
si realmente es un ser humano o no.
Una mujer cree que es tan lista
que por eso no sabe lo que quiere.
Una mujer cree que tiene que ser tan lista
que los demás se tienen que convencer de que es una estúpida
porque en el fondo cree que cuanto mas dejada de lado sea
mas libre y feliz será,
en el lado de la vida dejado de lado por la productividad.
El fabuloso lado donde se haya todo lo ingobernable,
todo lo inaprensible,
como la vida y la muerte,
el tiempo, el amor, lo misterioso,
la belleza, lo intuitivo,
el universo (con todo lo contenido en él),
lo simple, lo sin importancia…
entre otras “cosas”.
O algo así… Creo.
Bueno…es muy difícil terminar un poema
y darle un sentido determinado.
Pero venía bien ¿No?
Una mujer es alguien como yo, por ejemplo.
Laguna (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, Hurlingham, 1972)
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