Los huesos de mi padre
Hace más de veinte años que murió
y no renovamos el derecho de sus huesos
a permanecer en el nicho.
De mi parte fue intencional.
A mi padre no le gustaba estar encerrado.
Ojalá un sepulturero los haya vendido
y haya comido algo especial con su mujer y sus hijos
o se haya tomado unos vinos
en rueda de amigos.
Y con esos huesos un joven estudie medicina
—esos huesos largos y bien formados—
sin pensar en la muerte.
Figueroa (Argentina, Pcia. de Santa Fe, 1946-2022)
Comments