III
Acaricia sin picar en su hora más tenue un sol flaco sincerado casi que mira a los ojos a los congelados de anoche y les dice soy pálido como nunca lo serás soy breve como el pan pero vuelvo, gastado en las mangas como vos no te queda más que creerlo y acurrucarte
Chao (Argentina, Buenos Aires,1988)
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