Sólo puedo escribirte de madrugada.
Cuando los ojos adaptados
pueden distinguir
las imperfecciones del cielo raso.
Sólo puedo escribirte
en la insondable
inspiración de la madrugada.
Con el alba acechante.
Cuando mi cuerpo dolorido
de girar en la cama
esperando un sueño que no llega,
se sienta frente a la máquina
y comienza a teclear.
Cíclope, casi ciego,
ojos pegados de lágrimas secas.
Sólo puedo escribirte de madrugada.
Versos de Insomne.
Rumiados. Apaleados.
Neuróticamente desencajados.
Sólo de madrugada.
Cuando tu silencio desborda el mio.
Cuando el recuerdo de tu piel,
más me acobarda.
Cuando no puedo soportar
la ausencia de tus labios
Sólo, de madrugada. Solo.
Castelao (Argentina, Buenos Aires, 1967-2020)
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