Nadador fugaz, pájaro negro
El agua huye del cuerpo que la surca,
se abre en canal melódico, concede
caricia al nadador, de cuerpo entero,
y en armónico olvido, repentina
cierra su huella en tersa, virgen luz,
cancela el suceder, concéntrico temblor disipa,
expulsa la memoria del intruso, cicatriza
impasible y celeste,
en plácida, verde, dulce calma,
otra vez víspera entera y ya por fin sin nadie.
Grande es el peso de otra vida posada en la flexible rama blanca del cerezo. Cimbra dócil la florida firmeza, se curva, oscila, acepta, pero vuelve a su invicto nivel en bailarín temblor, y a la respiración libre y azul, por donde negro pájaro se aleja llevándose su sombra, su tenue demasía de huésped excesivo.
Mermet (Argentina, Pcia. de Santa Fe, Malabrigo, 1923-Buenos Aires, 1978)
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