top of page

CLAUDIA MASÍN

  • Foto del escritor: BRUNCH
    BRUNCH
  • 24 oct 2016
  • 2 Min. de lectura

Detrás de la puerta

En las noches de Marrakesh, los hombres viejos que me llevan a recorrer la ciudad y esperan que los guíe, terminan inexorablemente perdidos. Tal vez sólo sé un camino, y los demás son rodeos que convergen en él. No tengo preguntas, la certeza es un sitio donde me crío a mí misma, como si yo fuera una hija mía. ¿Ves? me digo, aquí están las imágenes de tu vida, desfilan como en una película muda, las películas mudas son aburridas. No importa demasiado tu vida. ¿Ves? aquí tu casa, tus padres, las cosas que olvidaste en las mudanzas, no importan demasiado tus cosas. Podrías ser cualquiera, podrías no existir, una sirena dibujada en un libro de mitos. Escuché la historia de un grupo de exploradores en la Antártida: iban a vivir un año en el medio de la soledad y el frío para estudiar la zoología, la botánica, el clima. El barco de rescate chocó contra un témpano mientras viajaban para llevárselos a Europa de regreso. Pasaron inviernos enteros en el refugio, una casita noruega que ellos mismos habían construido en el medio de un país de hielo. Se inventaron una vida cotidiana, distribuyeron las tareas y esperaron. Uno de ellos escribió en su diario: llegué a olvidarme de que tenía un rostro. Sólo sobrevivía para estar presente en el momento en que un improbable barco fantasma asomara entre las olas. Así es como todo se borra, la propia voz, el propio cuerpo, cuando alguien tiene que llegar hasta nosotros y no llega. El azar es ecuánime -solías decir- todos encontramos al menos una vez lo que siempre hemos buscado. Ya no te creo: el azar, por definición, es injusto. Hay una vez, sí, pero una sola, y lo demás es el deseo de que vuelva.

(Basado en el film homónimo de Liliana Cavani- De la vista, Visor, Madrid, 2002)

Masín ( Argentina, Resistencia, Chaco,1972)



 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

תגובות


© 2016 por BRUNCH

bottom of page