He ignorado a los parásitos del intelecto
que se adhieren en la frente
también a la elite sobornable
esa erudición que no comparte rutas
y se sitúa en el sillón majestuoso…
poder crear signos
cifras
figuras
y contraseñas
para que la respiración no decaiga
Ainchil (Argentina, Buenos Aires, 1964)
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