Mi padre cruza Avenida Libertador. Es tan ancha y él
va encogido, camina despacio creo
no va a llegar. Se apoya en su bastón
el bar de la esquina una vez más
es refugio. Leerá el diario, lo sé, va a tomar
su cafecito y yo
lo amo tanto en su ritual. Papá está viejo
quisiera ser joven, me dice
y busco al de entonces
el torso erguido, su abrazo
mi pequeñez. También yo
quiero volver allí donde reía. Vamos
enseñame esas verdades que callaste
tan adentro. Guardabas
la tristeza dijiste no quiero
recordar. Vayamos andando vení
comprame un helado o mejor
almorcemos los domingos en La Rueda
con los chicos con mamá
heladería Congreso se llamaba
ahora ya no existe
casi nada existe
papá.
Feuerstein (Argentina, Buenos Aires, 1957)
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