El soñante
rescatamos de los escombros un retazo de sueño
parece contener dos mil mundos y quisiéramos ostentarlo como a un premio inédito
cada vez
contarlo nunca alcanza
es tanto el regocijo de la dulce epifania
se nos pierde
el sueño va finalmente a un saco roto
ha fracasado una vez más su intento
por transformarnos
gana el ajetreo cotidiano
el cambio solo adviene con trabajo
por eso las horas en que urdimos su trama son prósperas
regresa la planicie
se impone el tiempo riguroso
la lógica de la no contradicción
aplaca el deseo que quisiera desbocarse
es tan magro lo que queda en vigilia
el velo nos resguarda
y a la vez nos anquilosa
hay que beber de la fuente de los sueños
pequeños sorbos
lo necesario como para abrir una grieta por donde penetre la luz
lo suficiente para no arrancarnos definitivamente de la realidad
Nicolini (Argentina, Buenos Aires)
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