La sonrisa de mi padre viene a visitarme
después de juntar las ramas que truncó el vendaval
entonces me doy cuenta
que hay pueblos dentro del lenguaje
en América como en los Cárpatos
y sonríen en la memoria
son pueblos recostados en las márgenes
de la libertad
desperdigados entre metralla y sauces
de vez en cuando afloran
con las ruinas de un campanario a cuestas
de vez en cuando suena la cítara
y alguien sale al camino a esperar
pueblos sin cartas
dicen buenos días y se iluminan
con flores guirnaldas de papel
la sonrisa apenas se hace visible
por las rayitas alrededor del ojo
igual que golondrinas que migran del dolor
dicen buenas noches y abren un postigo
para el viajero de la Cruz del Sur
buenos días buenas noches
el intervalo de nacer y morir no los complica
mientras hilan el tiempo con un agujerito en la uña
todos sus nombres fueron arrebatados del mapa
ahora permanecen debajo de mi almohada
mi padre vino a visitarme
con las 613 luces del alma encendidas.
Salpeter (Argentina, Pcia. de Formosa, 1942)
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