Si ahora mismo se detuviera
mi corazón no perdería nada.
Tuvo todo lo que quería
y más a la luz de los antiguos
plátanos de la calle Pellegrini,
una calle que no rima,
un hogar que no rima,
un mundo que ha dejado de existir
y que mi corazón contiene vivo
en su cofre de relámpagos.
Saber partir no es para cualquiera.
No hay vanidad en lo que digo.
Es simple, todo ha sido simple.
Mi corazón siempre lo supo.
Yo fui la niña en la horqueta de un árbol
sosteniendo su vida con gran cuidado.
Silva Rey (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, Quilmes, 1950)
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