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Foto del escritorBRUNCH

ALBERTO SZPUNBERG

El alquimista revela la fórmula secreta


Mercurio clara de huevo saliva piedra filosofal mandrágoras belladonas camomilas ilex paraguaiensis salvias

tomillos romeros clavos de olor erizos medusas bagres,

todo se echa en la marmita, porque todo, verbo creación

fórmula mágica abracadabra, todo empieza entre las

aguas, con el movimiento de las aguas, y toda existencia

es esa espuma derramada que luego se vuelve cuerpo y

sustancia del alma, como algas que se mueven al desmayo de las mareas altas y bajas y olas que se abaten y se

yerguen hasta alcanzar el punto en que tierra y piedras y

metales y en general los cuerpos y en particular nuestros

cuerpos se vuelven agua saliva baba jugo chorro fuente

pasión única y misma entre los infinitos ríos que atraviesan el mundo, incluso sigilosos ríos, caudalosas nervaduras arterias venas médulas exclusas íntimas cloacas,

pequeñísimos ríos que recorren los bosques desde la

raíz hasta la hoja, allí donde estalla el deseo entre las

caricias y las lágrimas, y en cada una de esas existencias

son infinitas las travesías, irrelevantes gotas que horadan la piedra hasta hacerla balbucear, y brotan palabras

de los charcos que se forman en los huecos y siete son

los cielos que encierra cada átomo de llanto, y por la gotera más tonta se cuela el diluvio, por la mínima pregunta se filtra un mar de dudas, y hasta la caracola olvidada

en el desierto aún habla del mar, y hasta yo en aquellas

noches ya olvidadas aún me inclino sobre ella y le hablo del mar, y por saber navegar toda una vida en esas

pequeñeces es que hay miradas que se vuelven húmedas

y frentes sudorosas y sangre derramada y orines malolientes y bostas impregnadas y días de lluvia y eyaculaciones y flujos menstruales y baños rituales y también

perfumes y bálsamos y vinos y aceites y manzanas rojas

perladas de rocío y leche y miel entre las rocas y siete

mares que sostienen el mundo, este lento naufragio que

sólo las temblorosas aguas evidencian, y es entonces

que enciendo el hornillo y, cuando las sombras bailan

alrededor del fuego y un cántico bulle en el corazón de

la marmita, del fondo van naciendo burbujas de oro que

flotan en el caldo como expiaciones de gallina, menudos de pollo, alitas crujientes, aureolas doradas, puntos

áureos, meros espejismos, lo sé, lo sé, alucinaciones del

hambre, pura hambre,

que a los que transformamos el mundo nos agarra y ya no

nos suelta.


Szpunberg (Argentina, Buenos Aires,1940 – Barcelona, 2020)​



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