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anochece, sobre lo vivo y lo técnicamente vivo, sobre la cualidad dadora de la sangre. albricias a quien la detente, albricias para siempre pues lo merecerá siempre. y aunque repugna en su evidencia, no me exceptúo. sin otro fin que el de estar vivo. gracia tanta, de rayos negros, de menuda
trama, una gota de tinta en una gota de tinta, una luz marcesible y prieta en su avidez. y nítidamente los verdes, los violetas y los dorados. me basta con vos para contarlo en la inquietud del juramento. cuando salí a matar a moby dick me llamaste loco de mierda. hice nada más
que lo que me correspondía. sólo me detuve para saludarte.
Cisnero (Argentina, Pcia. de Buenos Aires, La Matanza, 1975)

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